En días pasados leí en CNN sobre una demanda a Kellogg’s por 5 millones de dólares en donde un colectivo de personas de la ciudad de Illinois en Estados Unidos representados por Anita Harris, alegan que los Pop-Tarts no tienen suficiente fresa según como se muestra en la imagen de la caja del producto. El que la demanda prospere o no en los tribunales estadounidenses, es tema para otro momento.
Tal acontecimiento dio origen a mi idea de enlistar en este artículo 5 demandas a productos mundialmente conocidos por supuesta publicidad engañosa.
La publicidad engañosa es el mensaje publicitario que se construye alrededor de pequeñas sutilezas en donde se exageran algunos elementos visuales o ejemplificaciones con el fin de lograr un mejor posicionamiento del producto, obviando aspectos esenciales como las características precisas del producto, lo que puede provocar una percepción errada por parte del consumidor.
Caso Red Bull
El primer caso a presentar es la demanda que enfrentó Red Bull en el 2014. La compañía austríaca de bebidas energizantes fue acusada por asegurar que consumir su producto “te da alas”. Al parecer, un grupo de estadounidenses y canadienses se tomaron literal el eslogan de la campaña y la compañía fue obligada a pagar casi 14 millones de dólares, estos fueron repartidos a través de la página web de Red Bull en donde devolvió 10 dólares a cada usuario que se sintiera engañado llenando un formulario en el portal de la bebida energizante.
Caso Nutella
En el año 2012 el grupo Italiano Ferrero, dueño de la popular Nutella, se vió obligado a pagar 3 millones de dólares al sostener, mediante un comercial, que un bocado del producto era un delicioso desayuno a los niños. Se consideró que Nutella tenía un número mayor de calorías para un desayuno por lo cual fue demandada.
Caso Volkswagen
En el año 2015, el grupo Alemán automotriz Volkswagen, fue involucrado en lo que se conoció en los medios de comunicación como el caso de Dieselgate. El escándalo consistió en el descubrimiento de que el grupo automotriz, mediante un software, variaba las emisiones reales de CO2 de sus vehículos diésel. Esto trajo como consecuencia la apertura de un escándalo en el que se vieron afectados más de 11 millones de vehículos. Se considera un caso de publicidad engañosa pues la empresa montó toda una campaña publicitaria sobre la falsedad de esta teoría, afirmando que sus vehículos diésel eran los que menos emisiones de CO2 emitían del mercado.
Caso Buger King
En Reino Unido, en el año 2010, la empresa de restaurantes de comida rápida Burger King fue denunciada por ASA (The Advertising Standards Authority Ltd.), alegando que las imágenes de sus hamburguesas de pollo eran desproporcionadas a la realidad.
Caso Coca Cola
En este blog siempre he mencionado las buenas prácticas de Coca Cola Company, pero la misma ha tenido sus controversias y una de estas ocurre en el 2013 cuando fue acusada de publicidad engañosa por varios países por una campaña en donde afirmaba a los consumidores que quemar las calorías que contiene una lata de su producto es tan fácil como bailar durante 10 minutos o reír a carcajadas durante 75 segundos. El anuncio fue retirado en varios países, como Reino Unido y México. Coca-Cola defendió su campaña alegando que el mensaje publicitario invita a las personas a llevar un estilo de vida más saludable.
Tomar de manera literal el mensaje publicitario de una marca no es lo más recomendable mientras estamos en la posición de consumidor y, en ocasiones, la exageración natural que se da en el mensaje promocional se convierte en una mentira evidente. Pero, ¿vale realmente la pena demandar a una marca por exagerar en sus anuncios? Leo sus comentarios al pie del artículo.
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